EL PROBLEMA DE LA CORRUPCIÓN COLONIAL

 

Aun hoy, para los académicos, siguen divididos sobre si el término "corrupción" es apropiado para ser aplicado en la temprana edad moderna, específicamente si se refiere a prácticas o actos realizados para el beneficio individual en vez del beneficio del rey. Para los Habsburgo, particularmente, examinando a los que tenían a cargo la gobernación de las colonias, vemos numerosos actos "oficiales" cuestionables. Normas que contradicen decretos, leyes reales que para los estándares de los Habsburgo podían ser suficientes para despidos y acusaciones. No estamos hablando simplemente de prácticas que hoy consideramos corruptas; eran denunciadas periódicamente y, algunas veces, procesadas y castigadas como "mal gobierno" o, al menos, como "abusos". Lo más común era que los funcionarios fueran sancionados con multas severas. Excepcionalmente resultaban ejecutados.

 

Muchas de las acusaciones de corrupción de comienzos del siglo XVII apuntaron no sólo a la nueva clase de burócratas formados en las universidades, sino también a los funcionarios de origen militar, eclesiástico y algunos nobles de alto rango. El favorito de Felipe III, el Duque de Lerma, continúa siendo el parámetro de la corrupción de la época, según historiadores españoles. Los ministros del rey, especialmente bajo Felipe IV, en medio de repetidas bancarrotas pusieron casi todo a la venta. La venalidad o la venta de puestos dentro de la burocracia de la España Imperial, se volvió una fuente principal de ingresos para la corona en las décadas posteriores al 1600, permitiendo la infiltración de muchos individuos que solo respondían a sus propios intereses y muchas veces, estaban muy poco capacitados en comparación con la España de Felipe II.

 

Los reyes y ministros pudieron haber saneado la casa cuando las cosas se salían de las manos, pero las facciones y familias arribistas que se hicieron ricas gracias al comercio, a las mercedes y a la renta, se apoderaron de sectores enteros del gobierno y amasaron una enorme riqueza. Muchos se aferraron tenazmente a sus ganancias, sobreviviendo frecuentemente a los cambios en la cima del poder. El ascenso del Conde Duque de Olivares es un caso ejemplar. Su imperio personal creció desmesuradamente y se enriqueció incluso cuando se jactaba como el campeón de la "reforma" y puso punto final al estilo de corrupción de Lerma. La laxa vigilancia en las colonias, la venta de oficios y el arribismo parecieron ser los enemigos naturales de lo que se llamó la "dominación colonial", a pesar de lo cual el gobierno de los Habsburgo sobrevivió. ¿Qué significa esto? ¿Es que la corrupción no era tan mala o era solo parte del juego? ¿Acaso se trataba de una "cuestión cultural"?

 

Claramente, no todos estaban dispuestos de la misma forma a subvertir la ley o desafiar al rey para obtener ganancias personales o familiares. Además, hay que tener en cuenta que las prácticas de un mismo individuo podían variar en el tiempo. Actos tolerados en una frontera militarizada en tiempos de guerra podían ser castigados severamente en una ciudad en paz. En el reinado de los Habsburgo, más consensual que divino, se esperaba que se recompensara la lealtad y se castigara la subversión. Un buen rey podía perdonar a un rebelde desobediente, pero no podía tolerar la traición.

 

El servicio real en las Indias presentaba problemas particulares, ya que las distancias eran enormes y las redes familiares o clientelares podían estar finamente expandidas. Por otro lado, el servicio colonial brindaba oportunidades únicas, debido a que se ejercía allí donde provenía la riqueza en bruto, principalmente la minera. Por lo tanto, los distritos mineros eran particularmente atractivos para los aspirantes a funcionarios quienes, a su vez, eran objeto de frecuentes investigaciones oficiales. Ciertos oficiales reales y eclesiásticos eran más eficientes que otros para torcer la ley a su favor. Algunos aumentaron su riqueza a expensas de las instituciones (o del rey) a las que supuestamente servían, siendo raras veces condenados. Otros cumplieron con su trabajo o "pecaron poco". Unos cuantos entraron en bancarrota sin poder recuperar su "inversión" inicial, al comprar un puesto oficial a un precio elevado. La administración de los Habsburgo no era totalmente corrupta a pesar de la relativa debilidad del aparato estatal esparcido a distancias enormes.

 

La corona tenía mecanismos para investigar y castigar el abuso de sus funcionarios, aunque se detectan deslices en el siglo XVII, especialmente en tiempos de guerra. ¿Amenazaba la corrupción quizás con otro nombre? La escala y el alcance del fraude de la Casa de la Moneda de Potosí así lo sugieren, al menos en algunas partes de América. Como hemos visto, había pasado mucho tiempo desde que una visita resultara exitosa en el Alto Perú.

 

Oficiales que solo respondieran a sus intereses eran esperables en cualquier gobierno, pero constituía una preocupación constante encontrar un equilibrio entre sus objetivos y aspiraciones personales con los de un estado centralizado ideal. Era una cuestión de equilibrio o tolerancia en sentido estructural. Los tornillos no podían estar ni muy flojos ni muy apretados, de lo contrario, la máquina podría quedar fuera de control o detenerse. ¿Cómo explicar que el gobierno colonial de los Habsburgo fuera tan fuerte cuando, en retrospectiva, parece tan arbitrario, ineficiente, inequitativo? en otras palabras tan corrupto?